Música

La música es parte imprescindible de la vida humana. Desde tiempos prehistóricos ha ocupado un lugar importante en las distintas culturas, las que han sabido expresar dicho arte mediante múltiples instrumentos. Los estudios revelan correlaciones entre las habilidades musicales y los distintos procesamientos lógico-matemáticos.
Dada esa realidad, conviene preguntarnos: ¿cuál es el valor de la música para la educación de nuestros hijos?
En primer lugar, la música facilita el desarrollo de las capacidades lingüísticas en los niños. Los menores identifican en las distintas canciones todo el arsenal de palabras que les son familiares y muchas nuevas que van incorporando poco a poco. En ese proceso se disparan neurotransmisores que generan conexiones en sus cerebros importantes en el aprendizaje.
Muchas personas no ven relación entre el ritmo que los niños mantienen al cantar canciones y la comunicación. Sin embargo, es bueno entender que al aplaudir, golpear con los pies y usar instrumentos rítmicos, nuestros hijos desarrollan habilidades pre-lectura. Mucha antes de realizar actividades como bailar y leer, los niños aprenden los tonos, los ritmos, los sonidos. Mientras más música les brindemos, más pronto podrán hablar y aprender la lectura.
Como la música es imparcial, no hay bien ni mal, los niños se sienten libres y su autoestima se eleva, ganando seguridad y confianza en sí mismos. Por otro lado, este arte fomenta en los menores la creatividad, la curiosidad y el amor por los desafíos.




Cuando los niños escuchan los distintos instrumentos musicales, aprenden a escuchar y a concentrarse en actividades espirituales. Se produce un desarrollo auditivo, pues los pequeños logran discriminar sonidos, melodías, ritmos, tonos y armonías. Además, la posibilidad que tiene la música de repeticiones, secuencias, series, fomenta en ellos capacidades para las matemáticas.
Otra área donde la música se convierte en crucial es en la motora. Los niños responden al lenguaje musical usando sus movimientos, al aprender el ritmo estos ganan recursos en su actividad motriz. El baile, a su vez, les ayuda a identificarse con las distintas partes de su cuerpo.
La vida moderna incluso para los menores puede ser muy estresante. En este sentido la música es un elemento de relajación, que disminuye los niveles de estrés. Cuando los niños escuchan música, todo su sistema nervioso se centra en ese arte y las preocupaciones, temores, tensiones, irritabilidades, desaparecen.

La música es un don invaluable que nos acompaña por toda la vida y ayuda a expresar emociones. Mucha de la sensibilidad que tienen los seres humanos adultos se desarrolló en los primeros años de la vida y fue a través del universo mágico de la música.

Cuidemos que ese legado de la humanidad continúe transmitiéndose de generación en generación, ofreciéndoles a nuestros hijos una educación musical instructiva y enriquecedora.


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